La intervención de las Fuerzas Armadas ante emergencias y catástrofes.

La desinformación en situaciones de emergencias y catástrofes representa un peligro significativo que puede agravar la crisis y poner en riesgo la seguridad de las personas afectadas. En momentos de incertidumbre, la propagación de rumores o información falsa puede generar pánico, desviar recursos de ayuda y dificultar la labor de los servicios de emergencia.

Además, la desinformación afecta la confianza en las instituciones y confunde al ciudadano sobre las funciones y responsabilidades de los diferentes actores implicados en la resolución de la crisis. Todo ello genera rabia y desafección, y acaba desbordando los canales oficiales de comunicación, complicando la toma de decisiones y la coordinación de las respuestas.

Un ejemplo palmario de esta confusión lo tenemos en la información difundida sobre el papel que juegan nuestras Fuerzas Armadas en el caso de grandes emergencias como la ocurrida con la catastrófica situación provocada por la DANA que ha arrasado parte de la provincia de Valencia (y otras áreas, aunque con intensidad desigual), con más de 200 víctimas mortales hasta el momento, una cifra que me temo crecerá en los próximos días.

Hemos podido leer que el despliegue ha sido tardío, que han sido muy pocos efectivos, que los militares estaban ansiosos por intervenir y ayudar (lo que es totalmente cierto) pero que “no les dejaban”, que no se intervenía porque era una competencia autonómica y se requería la petición de ayuda de la comunidad, que era necesario declarar el estado de alarma para desencadenar dicha participación… en fin, una serie de informaciones en los que se entremezclan la comprensible angustia y desesperación de los afectados, el desconocimiento sobre las normas vigentes, la mala fe de algunos y el interés político de otros. Un peligroso cóctel.

Esta entrada tiene como objeto aclarar algunos aspectos básicos acerca del papel que pueden jugar las Fuerzas Armadas en el caso de emergencias o catástrofes, sin animo de polemizar ni de generar debates estériles en una situación que sólo requiere la contribución de todos.

El marco normativo.

Básicamente, todo lo que aquí se dice lo pueden encontrar en las siguientes disposiciones:

- Ley Orgánica 5/2005, de 17 de noviembre, de la Defensa Nacional.
- Real Decreto 1097/2011, de 22 de julio, por el que se aprueba el Protocolo de Intervención de la Unidad Militar de Emergencias.
- Ley 17/2015, de 9 de julio, del Sistema Nacional de Protección Civil.
- Resolución de 16 de diciembre de 2020, de la Subsecretaría, por la que se publica el Acuerdo del Consejo de Ministros de 15 de diciembre de 2020, por el que se aprueba el Plan Estatal General de Emergencias de Protección Civil.

También está el Real Decreto 524/2023, de 20 de junio, por el que se aprueba la Norma Básica de Protección Civil, que establece las bases para la coordinación de las actuaciones de los diferentes colectivos llamados a intervenir en la gestión de las emergencias y catástrofes.

Las Fuerzas Armadas en el Sistema Nacional de Protección Civil.

La Ley 17/2015 regula el Sistema Nacional de Protección Civil en España, unificando los recursos y protocolos para una respuesta coordinada y eficaz ante emergencias y catástrofes. La ley busca evitar duplicidades y asegura que todas las entidades colaboren para mantener una continuidad de servicios esenciales y restablecer la normalidad lo antes posible, sin importar la ubicación del desastre.

Las Fuerzas Armadas, y en particular (pero no solo) la Unidad Militar de Emergencias (UME), juegan un papel clave en catástrofes que requieren recursos y coordinación de gran escala, especialmente cuando la magnitud supera la capacidad de respuesta local o autonómica.

La UME, creada en 2005, es la fuerza de intervención en emergencias civiles, especializada en rescate, atención y apoyo en situaciones extremas: incendios, terremotos, inundaciones, y otros desastres naturales y tecnológicos. La UME y otros recursos de las Fuerzas Armadas son movilizados por las autoridades de protección civil, especialmente cuando una emergencia es declarada “de interés nacional” y exige una intervención centralizada. En estos casos, el Ministerio del Interior asume la coordinación operativa y las Fuerzas Armadas intervienen bajo su dirección, respetando su cadena de mando pero integradas en el esquema de respuesta civil.

Este aspecto es relevante: aunque las Fuerzas Armadas mantienen su estructura militar, durante la emergencia actúan según las órdenes de protección civil, integrando así recursos y personal en una operación coordinada para garantizar la seguridad de todos.

El Centro Nacional de Seguimiento y Coordinación, gestionado por Protección Civil, centraliza la información y facilita la movilización de recursos. Aquí se coordina la UME con otras administraciones para asegurar una respuesta rápida y sin duplicidades. La Ley establece principios de colaboración, eficiencia y solidaridad interterritorial para que todos los organismos —nacionales, autonómicos y locales— actúen en un frente unido contra cualquier amenaza.

Existe asimismo una Red de Alerta Nacional, que permite una comunicación inmediata entre autoridades nacionales y locales, activando alertas y facilitando que las Fuerzas Armadas y otros cuerpos respondan en tiempo real a cualquier peligro inminente.

Una vez contenida la emergencia, las Fuerzas Armadas apoyan en la recuperación: reparación de infraestructuras, restablecimiento de servicios básicos, y ayuda humanitaria a las comunidades afectadas.

La Ley también impone un deber de colaboración ciudadana en emergencias y permite requisar temporalmente recursos privados para responder con mayor capacidad. Las empresas, especialmente las de servicios esenciales, están obligadas a colaborar.

El Consejo Nacional de Protección Civil es un órgano interinstitucional que incluye representantes de las Fuerzas Armadas y asegura que las políticas de protección civil estén coordinadas y alineadas entre todas las administraciones.

El Plan Estatal General de Emergencias de Protección Civil (PLEGEM).

El PLEGEM organiza la respuesta del Estado ante grandes emergencias. Las Fuerzas Armadas, especialmente la UME (pero no solo), tienen un rol crucial en su implementación. La activación de las FAS ocurre en emergencias de interés nacional o cuando la situación supera las capacidades civiles.

Las Fuerzas Armadas establecen un Mando Operativo Integrado con otras entidades civiles. Este mando organiza la logística, los grupos de acción y las prioridades de intervención, y coordina recursos militares y civiles en las zonas afectadas. En situaciones excepcionales, como pandemias o crisis de seguridad, el PLEGEM también permite el apoyo de las Fuerzas Armadas a otros sistemas nacionales, ampliando sus funciones a la protección civil. Si así se decide, las Fuerzas Armadas pueden movilizar rápidamente capacidades especializadas (rescate, médicos, etc.), y sus recursos logísticos aseguran una respuesta integral y rápida en cualquier punto de España.

La Norma Básica de Protección Civil

En la Norma Básica de Protección Civil se especifica claramente que las Fuerzas Armadas, además de la UME, pueden colaborar en emergencias y catástrofes cuando la magnitud del evento lo requiera, bajo el principio de dirección única. Esto significa que las actuaciones operativas están centralizadas bajo una autoridad de protección civil que coordina a todos los servicios intervinientes, incluida la participación militar, si es necesario.

La Norma también subraya la importancia de la coordinación entre administraciones y la especialización de cada entidad interviniente, lo cual asegura que las Fuerzas Armadas actúan en base a sus competencias y en alineación con el plan operativo establecido por las autoridades de protección civil. Esta estructura garantiza una respuesta cohesionada y efectiva en escenarios de gran riesgo​.

La Norma Básica establece varias fases operativas (alerta, preemergencia, emergencia y recuperación) y situaciones específicas (situación 0, 1, 2 y 3), en las cuales puede solicitarse el apoyo de las Fuerzas Armadas, especialmente en la situación operativa 3 (emergencias de interés nacional). En esta situación, la magnitud del riesgo requiere el despliegue de medios excepcionales, integrando las capacidades militares en el sistema de respuesta nacional.

Emergencias de interés nacional

Según la Ley 17/2015 del Sistema Nacional de Protección Civil, corresponde al titular del Ministerio del Interior declarar esta emergencia, ya sea por iniciativa propia o a solicitud de las Comunidades Autónomas o los Delegados del Gobierno. Cuando el Ministerio del Interior decide hacerlo por su propia iniciativa, debe comunicarlo a las Comunidades Autónomas afectadas, garantizando rapidez y eficacia en la respuesta pública​.

Esta declaración ocurre cuando:

1. La magnitud de la emergencia supera las capacidades autonómicas y locales.
2. Es necesaria una movilización de recursos nacionales para proteger a la ciudadanía, bienes, e infraestructuras esenciales.
3. La situación requiere una coordinación centralizada que integre a todas las administraciones y cuerpos de intervención (incluyendo Fuerzas Armadas y Cuerpos de Seguridad del Estado).

Una vez declarada la emergencia de interés nacional, el Ministerio del Interior asume la dirección y coordinación central, gestionando las operaciones y recursos de todas las administraciones y asegurando una respuesta uniforme y efectiva en todo el territorio afectado.

Sin embargo, la normativa permite que las CCAA puedan solicitar asistencia y recursos al Estado en emergencias de gran magnitud. Esta solicitud podría facilitar la evaluación por parte del Ministerio del Interior sobre la necesidad de asumir la coordinación nacional, pero no es un requisito previo ni condiciona la declaración de la emergencia de interés nacional.

Contrariamente a los que se puede leer estos días en las redes o en algunos medios, la declaración de una emergencia de interés nacional no invade ninguna competencia exclusiva de las CCAA ni se trata de ningún 155 encubierto. Estamos hablando de emergencias, de catástrofes, donde las prioridades deberían estar claras para todas las AAPP implicadas.

¿Estado de alarma o emergencia nacional?

Otra de las confusiones o desinformaciones palmarias en estas jornadas es confundir la declaración de estado de alarma con la de una emergencia de interés nacional.

No es necesario declarar el estado de alarma para activar una emergencia de interés nacional. Como hemos explicado. la Ley 17/2015 del Sistema Nacional de Protección Civil y el Plan Estatal General de Emergencias de Protección Civil (PLEGEM) permiten que se declare una emergencia de interés nacional por decisión del Ministerio del Interior, cuando una situación de emergencia excede las capacidades locales o autonómicas y requiere una respuesta coordinada y centralizada del Estado.

El estado de alarma es una medida más amplia regulada por la Ley Orgánica 4/1981, de 1 de junio, para situaciones de crisis graves que afectan a los derechos fundamentales o al orden público, y solo se utiliza en circunstancias excepcionales. Por lo tanto, ambos mecanismos son independientes; pueden activarse juntos o por separado.

No hay debate normativo ni competencial

Me descorazona el desconocimiento sobre cómo funcionan nuestras Fuerzas Armadas, pese el enorme esfuerzo de divulgación y de ejemplaridad que se lleva haciendo desde hace años.

Como hemos visto, nuestra FAS en el Sistema Nacional de Protección Civil son una pieza fundamental, actúan cuando se las requiere, en situaciones perfectamente tasadas por la ley y se coordinan con las autoridades civiles para actuar con rapidez, eficacia y en beneficio de toda la ciudadanía.

Además, no se despliega sin ton ni son: se necesita activar las unidades (están en alerta), seleccionar los medios adecuados (no todo vale) y desplegarlos con eficacia. Nadie mejor para explicarlo que el Segundo Jefe de la UME, el general Fernando Carrillo

La normativa de protección civil es clara, pero hay que conocerla bien. No hay conflicto de competencias entre administraciones; las acciones a tomar dependen siempre de la voluntad de los responsables políticos, a todos los niveles. Se puede hacer una cosa o la contraria, coordinar de abajo arriba o a la inversa. En el caso de la DANA, nuestro marco legal permite todo tipo de respuestas cívico-militares, adecuadas a cada necesidad. Y la necesidad aquí es enorme, tanto como el dolor de las víctimas.

Querer, en este caso, es poder.

Espero haberles aclarado algunas dudas. No dejen que el ruido les haga perder la sensatez.

Limpiar escaleras

Las redes sociales, cuando se trata de enterrar la verdad en el barro de la confusión, son como una de esas DANAS que regularmente afectan a España: arrancan con masas opuestas de ciudadanos chocando por alguna cuestión anecdótica alrededor de un tema clave, dando lugar a violentas tormentas y riadas que se llevan por delante cualquier atisbo de debate sensato a su paso, enterrando además la cuestión principal.

La enésima de estas depresiones digitales la hemos tenido a propósito de unas palabras de Cristina Ibarrola (UPN), la ya exalcaldesa de Pamplona, tras decir que “nunca sería” regidora con los votos de Bildu y que preferiría “fregar escaleras”. Inmediatamente, un desbordamiento de furiosos indignados inundó las redes para afear el presunto clasismo de dichas afirmaciones.

Mi primera intención ante esta nueva polémica fue sumarme a la vorágine, pero preferí echarme a un lado, dejar pasar un tiempo y pensar un poco. Haciendo mía la maravillosa reflexión del gran humanista, filósofo, psicólogo y pedagogo español Joan Lluís Vives, “si no me engaño me parece buena la siguiente proporción: cinco partes de lectura, cuatro de meditación, tres de escritura, que la lima reducirá a dos, y de estas dos sacar sólo una a la luz pública” (De ratione dicendi, 1533). Aquí me tienen, pues; les dejo mi único grano de arena, exclusivamente personal.

Para empezar, yo limpié escaleras en mis primeros tiempos como marinero en la Armada. También fregué pasillos, desinfecté letrinas y baldeé cubiertas con mis compañeros al despuntar el alba, siguiendo la cadencia sonora del chifle del contramaestre. Hoy, cuarenta años y muchos ascensos después, trabajo en una Dirección General y mando personas. Tenemos una contrata y hay mujeres y hombres que diariamente se encargan de la limpieza de nuestras dependencias. Nada extraordinario, en cualquier caso.

Dicho lo anterior, mi yo actual nunca ha pensado que mi joven yo hiciera entonces una labor indigna. Desempeñaba una función absolutamente necesaria, como lo son todas a bordo de un buque, pero también era un trabajo duro, a menudo ingrato y, desde luego, peor pagado. Siendo sincero, por pura comodidad y no por una cuestión de dignidad, no me apetecería volver a ese trabajo, pero lo haría sin dudar por necesidades del servicio, para asegurar el sustento de mi familia o, desde luego, si la alternativa fuera realizar algo indigno o ilegal de lo que avergonzarme o con lo que avergonzar a los míos. Este es el quid de la cuestión que nos ocupa, y no otro.

Es más, quienes en su furibundo, apresurado y sincronizado desbordamiento aducen el clasismo en las declaraciones de Ibarrola olvidan que, de igual modo, sus madres y abuelas trabajaron fregando escaleras para sacar adelante a los suyos, en lugar de elegir otras opciones deshonrosas, ilícitas o vergonzantes.

Como escribí hace tiempo, muchos de nuestros mayores (hablo de la generación de quienes nacimos en los 60) no tuvieron una vida sencilla. Les tocó superar, entre otras cosas, una guerra y una posguerra terribles, un período lleno de tragedias y privaciones. Pese a ello, sacaron adelante a sus familias a base de trabajo duro y honrado, con coraje y sentido común. Y sin tantas alharacas.

Fueron ellos los primeros que no quisieron para sus hijos y nietos los mismos afanes que ellos sufrieron, pero no me cabe duda de que hubieran preferido fregar de nuevo escaleras y mantener bien alta la cabeza antes de comportarse de otra manera. Y oigan, no habríamos tenido ningún problema en escuchárselo decir, porque la dignidad no depende del trabajo que uno hace, sino de la forma en que lo hace y, sobre todo, de los valores que lo guían.

Hilos veraniegos 2023

Les dejo una selección de mis últimos hilos de Twitter sobre diversos temas de actualidad:

Hilos sobre economía: febrero a abril 2023

Hilos - Enero 2023

1 de enero. Estrenamos el año con el sexto plan anticrisis en esa España que dicen que va como un tiro. La evolución de la inflación, la deuda y el empleo marcarán el camino económico durante los próximos meses. No será un ejercicio fácil, incluso regados de fondos europeos y dinero público. -> Seguir el hilo

4 de enero. Las ventas de coches eléctricos quedan un 35% por debajo de la hoja de ruta del Gobierno. -> Seguir el hilo

7 de enero. Un excelente artículo Michael Ignatieff en @PolExt de recomendadísima lectura en los tiempos que corren. -> Seguir el hilo

11 de enero. Aquí estamos para escuchar a Nouriel Roubini @Nouriel en la Fundación Rafael del Pino @frdelpino -> Seguir el hilo

13 de enero. La pregunta: ¿se mantendrán los precios del gas natural? Hagamos un poco de prospectiva. -> Seguir el hilo

19 de enero. Los últimos análisis que estoy leyendo confirman lo que escribí en mi reciente post sobre los precios del gas natural: no cabe esperar una bajada adicional significativa en 2023,aunque no veremos los topes de 2022. La situación, no obstante, es muy volátil. -> Seguir el hilo

24 de enero. La nómina mensual de las prestaciones contributivas de la Seguridad Social se situó en 11.902 millones de euros: 959 millones más que en diciembre de 2022. Sólo el gasto en pensiones contributivas se sitúa en el 11,7% del PIB. Es una cifra enorme. -> Seguir el hilo

26 de enero. Temporalidad de asalariados en el sector privado vs sector público. -> Seguir el hilo.

27 de enero. Resumen de los datos de crecimiento del último trimestre de 2022. -> Seguir el hilo.

28 de enero. En 2023, Estados Unidos se convertirá en un exportador neto de petróleo y le está disputando a Qatar el primer puesto como mayor exportador mundial de gas natural licuado. -> Seguir el hilo

28 de enero. Si el presupuesto se tuviese que ajustar a los ingresos actuales, ¿cuánto habría que recortar las pensiones?. -> Seguir el hilo

Apuntes sobre la inflación de diciembre.

La tasa anual de la inflación subyacente se eleva 6 décimas en diciembre (dato adelantado), hasta el 6,9%, superando la inflación general. Sigue muy elevada, no es un dato bueno.

En variación MENSUAL, suben tanto la general (+0.3) como la subyacente (+0,8). La inflación subyacente es un indicador más preciso de coyuntura presente que el dato general, ya que muestra los cambios que se producen en los precios en el corto y en el medio plazo, eliminando efectos volátiles. Y estos son los que nos afectan de lleno a los ciudadanos.

En el contexto actual, la inflación general está afectada por topes, subvenciones, bajadas extraordinarias de impuestos y cálculos aún incompletos de los precios que pagan las familias por la energía y otros factores. Su reducción es buena señal porque nos marca la tendencia de los próximos meses y contribuye a anclar las expectativas, pero no impactará de lleno en los hogares mientras la subyacente no se modere, y ya vemos que por el momento no lo hace. Por tanto, seamos prudentes en nuestros análisis y no nos precipitemos al sacar conclusiones.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) publica también otro dato muy relacionado con la complicada coyuntura económica actual: el ahorro de los hogares, que prosigue con su caída. La tasa de ahorro sin efectos estacionales y de calendario es del 5,7% de su renta disponible, 2,7 puntos inferior a la del trimestre anterior.

Habrá que estar muy atentos a la evolución de esta coyuntura durante los próximos meses. La ralentización económica combinada con alta inflación tiene un nombre muy feo.


Actualización: el dato definitivo de diciembre fue de un 7% en la subyacente, con un 15,7% la alimentación.

Hilos - Diciembre 2022

Inauguro una nueva sección en el blog que recopilará mensualmente los hilos más destacados de mi actividad divulgadora en Twitter. Espero que les resulte interesante.

17 de diciembre. Sólo alrededor de una quinta parte del crecimiento de la riqueza de 2000 hasta 2021 (170 pp) procedió de los ahorradores hacia nuevas inversiones, mientras que la inflación de los precios de los activos como consecuencia de los bajos tipos de interés contribuyó en cerca del 80%. -> Seguir el hilo

19 de diciembre. El sistema eléctrico acumula todavía más de 10.000 millones de deuda que los clientes deben pagar fruto del déficit de tarifa y aún quedan cinco años para saldarla. En 2023 la factura de electricidad incluirá pagos por 2.310 millones. -> Seguir el hilo

26 de diciembre. No nos cansaremos de repetirlo: la inflación merma la renta disponible de las familias. Pero también la decisión de Hacienda de no deflactar la tarifa del IRPF. Algo que afecta no solo a las bases imponibles, también a las deducciones y desgravaciones. -> Seguir el hilo

27 de diciembre. España ha perdido posiciones en el 'ranking' de PIB per cápita, superada por el rápido crecimiento de los países del este de Europa y lastrada por sus propios problemas económicos. -> Seguir el hilo

30 de diciembre. Unos apuntes sobre la inflación de diciembre (dato adelantado). -> Seguir el hilo

Horas trabajadas y PIB

Un dato relevante sobre nuestro #empleo en estos nuevos gráficos de Combarro: las diferencias entre personas ocupadas a tiempo completo y horas trabajadas se va ampliando, es decir, cada empleo trabaja menos horas.

Podría deducirse, a falta de más información, que el aumento de contratos indefinidos (con un porcentaje significativo de fijos discontinuos) frente a la reducción de temporales no viene a resolver nuestros problemas estructurales.

Como apunta el profesor, para seguir la evolución el #PIB hay que seguir siempre el número de horas.



Los retos de nuestra dependencia del gas ruso

Es probable que la #UE pueda sobrevivir a una interrupción drástica de las importaciones de #gas ruso, pero el panorama se complica cuando se tienen en cuenta los mercados individuales de gas.

Utilizar toda la capacidad de importación disponible no es realista por al menos cinco razones:

1. La capacidad de producción y licuefacción es limitada
2. Cuestiones económicas y jurídicas relacionadas con la reorientación de los flujos de GNL
3. Precios elevados
4. Efectos secundarios en los países más pobres
5. Problemas intracomunitarios

La pregunta que se hace Bruegel: ¿Cómo puede Europa frenar la demanda de forma realista?