Liberalismo y libertad económica

Sigue mi recorrido en Sintetia sobre liberalismo punk tratando uno de los principios fundamentales y más controvertidos del movimiento liberal: la libertad económica.  Una vez sentadas las bases de la naturaleza rompedora del liberalismo clásico en la actualidad, defendido el papel clave de las instituciones en su implantación y analizada su compleja relación con los impuestos, toca ahora reflexionar sobre la necesidad de autonomía de los individuos y las empresas para tomar sus propias decisiones económicas, con la menor interferencia posible del Estado.

Leer el artículo: Liberalismo Punk (IV): la libertad económica y sus límites

El Ocaso de los Dioses

Cuando analizo la realidad actual, muchas veces no puedo dejar de pensar en los gobernantes, pensadores y religiosos de la Alta Edad Media. Muchos de ellos, al igual que nosotros, debían de sentirse representantes avanzados de su mundo, cuando en la realidad se hallaban sumidos en un retroceso civilizatorio del que Occidente no se recuperaría en siglos. La agonía del imperio romano había tocado a su fin; sus instituciones desaparecieron o fueron sustituidas por nuevos modelos sociales y políticos, que maduraron a fuego lentísimo entre sucesivas guerras, hambrunas, plagas y migraciones. Ocurrió que cuando los ciudadanos del imperio y sus provincias empezaron a reconocer los síntomas de su caída, ya era demasiado tarde. Sólo les quedaba un sentimiento de caótica frustración e ira ante el despilfarro y el saqueo públicos, así como el triste reconocimiento de que durante los años de gloria y riqueza, en lugar de cuestionar a sus emperadores, se habían dedicado a glorificarlos.

Del mismo modo, estamos viviendo el ocaso de una era, pero nos resistimos a reconocerlo, parapetados en nuestros egoísmos y bienestares cotidianos, sustentados por estructuras políticas exhaustas, inertes, morosas. Una nueva extinción de dinosaurios con toda la certeza de la inevitabilidad, certeza que hemos podido palpar durante estos últimos años de desconcierto económico y avatares políticos. Somos conscientes de que los viejos modelos son insostenibles, pero no hemos sido capaces de plantearnos alternativas reformistas de verdadero calado, de naturaleza estratégica y que involucren a toda la sociedad. En lugar de remodelar comportamientos, estructuras y procesos, nos empeñamos en debates ideológicos estériles. Algunos incluso pretenden, aprovechando la confusión, regresar a soluciones aún más añejas y repetidamente fracasadas, generadoras ciertas de ruina y dolor.

Al final, solo acertamos a desarrollar enérgicas cosméticas de supervivencia a corto plazo pero ineficaces para el futuro. De esta forma, sólo conseguiremos aplazar lo inevitable un año, cinco, tal vez unas décadas... un suspiro condenatorio para nuestros hijos y nietos. Procrastinare, decían los romanos. Dejar aparcado lo abrumador, desafiante, inquietante, peligroso, difícil, tedioso o aburrido, posponiéndolo sine die hacia un futuro idealizado que nunca llegará. Supeditar lo importante a lo urgente, el atajo más seguro para llegar a ninguna parte. Por tanto, tenemos dos opciones. O reconstruimos de nuevo el ruinoso edificio común, o bien lo seguimos repintando. Desgraciadamente, es mucho más probable que ocurra esto último. Y ello significa que la ruina subsistirá bajo el encalado y que, de manera indefectible, acabará reclamando nuestra demolición.

Desendeudarse: ¿a lo bola de nieve o en avalancha?

Los lectores habituales de este blog conocen de sobra mi insistencia en mantener unos hábitos financieros saludables, entre los que se halla el endeudamiento responsable, que pasa por el reconocimiento de nuestras acciones y el análisis de aquellos comportamientos cotidianos que, inadvertidamente, nos van cargando de obligaciones económicas innecesarias.

No obstante, somos seres humanos y como tales, metemos la pata, a menudo de manera reincidente. En el tema de la deuda, ello significa encontrarnos con una situación que puede llegar a ser insostenible. Recordemos el mecanismo que nos conduce a ese círculo vicioso:

1.       Gastamos más de lo que ingresamos.

2.       Pedimos prestado (créditos o equivalentes) para cubrir la diferencia.

3.       Una parte cada vez mayor de nuestros ingresos se dedican a pagar deudas.

4.       Seguimos endeudándonos más para mantener nuestro ritmo de vida.

5.       Nuestras deudas terminan absorbiendo toda nuestra renta.

Troncos y bombonas

Supongamos ahora que hemos superado el punto 3 del mecanismo anterior. Empezamos a encontrarnos agobiados por la deuda acumulada, pero no sabemos cómo actuar, entre otras cosas porque tampoco conocemos muy bien la naturaleza y composición de dicha deuda. En este sentido, les presento una visualización simple pero muy atractiva de la situación. Imaginemos que nuestra situación financiera es como un inmueble en llamas y que somos los bomberos encargados de su extinción. Al acceder al lugar nos encontramos en una esquina dos troncos ardiendo; en la otra, cinco bombonas de butano rodeadas de llamas.

(Imagen: ReadyForZero)

¿Qué situación atacarían ustedes? El sentido común nos indica que deberíamos tratar de apagar primero las llamas que afectan a las bombonas, porque pueden explotar y extender el fuego de manera descontrolada. Sin embargo, también podríamos encargarnos rápidamente de los troncos, para luego centrar todo nuestro esfuerzo en las bombonas. 

Los troncos ardiendo representan deudas de menor importe, relativamente fáciles de liquidar, mientras que las bombonas son aquellas deudas que nos generan elevados pagos de intereses, los cuales, siguiendo la inapelable regla del interés compuesto, amenazan con expandirse peligrosamente.  

Pues bien, la teoría de la bola de nieve, expuesta por Dave Ramsey, afirma que es mejor empezar por las deudas de menor cuantía, puesto que al liquidarlas de forma rápida se genera un impulso positivo que motiva a continuar con nuestro plan reductor. Los recursos que se van liberando se emplean en el pago de la siguiente deuda, y así sucesivamente.

Por el contrario, el sistema de avalancha propugna empezar con aquellas deudas por las que pagamos mayores intereses. De igual modo, los remanentes liberados se dedican a amortizar las deudas subsiguientes.

Estamos, por lo tanto, contraponiendo un procedimiento que nos anima a persistir en el esfuerzo frente a otro que nos facilita una liquidación más rápida de la deuda a menor coste.  ¿Cuál elegir, entonces?

Hagamos números

Pongamos un sencillo caso de ejemplo, sin preocuparnos por ser rigurosos en la naturaleza de los saldos crediticios o sus condiciones de pago. Supongamos que estamos a 1 de septiembre de 2023 y hemos llegado a tener las siguientes deudas que nos están agobiando:

1)      Préstamo personal: tenemos un saldo pendiente de 9.000 €, con una tasa de interés del 7%. Pago 350 €/mes.

2)      Crédito al consumo pendiente: 5.000 € al 15%. Pago 150 €/mes

3)      Saldo máximo alcanzado en la tarjeta de crédito: 10.000 € al 27,5 %. Pago 300 €/mes.

4)      Anticipo de nómina: 6.000 € al 4,5%. Pago 200 €/mes.

Nuestra deuda total es de 30.000 € y pagamos 1.000 € al mes por los distintos saldos. Sin ninguna estrategia de reducción, liquidaríamos nuestra última obligación tras 64 larguísimos meses. Todo ello, claro está, siempre que no nos hubiéramos metido en más pufos. La cantidad final a pagar en concepto de intereses resulta descorazonadora:

Los números de la familia Púfez

Supongamos ahora que agarramos el toro por los cuernos, nos apretamos el cinturón, eliminando gastos innecesarios, y conseguimos dedicar unos 1.300 € al mes (en lugar de 1.000) para deshacernos de tan pesada carga. Decidimos además adoptar una estrategia activa de reducción. ¿Cómo sería el resultado si optamos por el sistema de bola de nieve (menores saldos primero)?

Desendeudamiento por bola de nieve

Comprobamos que, siguiendo dicha estrategia y haciendo un gran esfuerzo de contención, conseguimos liquidar todas nuestras deudas ¡en 29 meses! (en lugar de 64) pagando muchísimos menos intereses (5.143,63 € menos, ahí es nada). Si alguno de ustedes está interesado en la tabla de amortización, no tienen más que pedírmela. Pero, ¿qué ocurre si en lugar de la bola de nieve elegimos el sistema de avalancha (los mayores intereses, primero)? Aquí tienen el resultado:

Desendeudamiento por avalancha

Los números no mienten: con el método de avalancha conseguimos liquidar antes todas nuestras deudas (en nuestro supuesto, tardamos dos meses menos) y, además, nuestra carga de intereses es aún menor (1.587,63 € menos que con la bola de nieve). Sin embargo, en este caso saldamos nuestra primera deuda (la tarjeta) a los 22 meses, mientras que en el sistema bola de nieve ya habríamos amortizado el crédito al consumo, el anticipo de nómina y el préstamo personal durante ese mismo período, con el importante efecto psicológico que ello supone.

Sentido común

La lógica económica nos dice que el sistema de avalancha es indudablemente mejor en términos de tiempo y de intereses pagados. No obstante, no debemos despreciar la faceta emocional de nuestro esfuerzo financiero. Citando de nuevo Dave Ramsey, el padre del sistema de la bola de nieve: “las finanzas personales son un 20% de conocimiento y un 80% de comportamiento”. Y tiene mucha razón, porque sin una adecuada disposición de ánimo que nos otorgue disciplina lo más seguro es que acabemos abandonando nuestros planes a la primera de cambio. Y vuelta a empezar.

En cualquier caso, ya sea con un sistema u otro (o una mezcla ad hoc de ambos), una estrategia financiera de reducción de deuda es absolutamente necesaria si no queremos ver nuestro dinero escurrirse por el sumidero de los intereses pagados.  Dicho esto, lo más recomendable es no tener que llegar a una situación como la descrita. El sentido común (a menudo tan escaso) nos dice que cuantas menos y menores deudas, siempre mejor

Hilos veraniegos 2023

Les dejo una selección de mis últimos hilos de Twitter sobre diversos temas de actualidad:

Nuevos artículos en Sintetia

Estas últimas semanas han aparecido dos artículos nuevos en Sintetia con mi firma, de temáticas muy distintas:

  • Liberalismo punk, un manifiesto. Quién le hubiera dicho a Adam Smith, uno de los padres del liberalismo, que ser liberal en pleno siglo XXI seguiría siendo un acto revolucionario.

  • Grecia vs España. Crónica de dos recuperaciones. Primer artículo de una serie dedicada a comparar los elementos clave de la recuperación griega con los de la española, al tratarse de dos modelos que, al menos en lo aparente, parecen diferir en su naturaleza.

Hilos sobre economía: febrero a abril 2023

Hilos - Enero 2023

1 de enero. Estrenamos el año con el sexto plan anticrisis en esa España que dicen que va como un tiro. La evolución de la inflación, la deuda y el empleo marcarán el camino económico durante los próximos meses. No será un ejercicio fácil, incluso regados de fondos europeos y dinero público. -> Seguir el hilo

4 de enero. Las ventas de coches eléctricos quedan un 35% por debajo de la hoja de ruta del Gobierno. -> Seguir el hilo

7 de enero. Un excelente artículo Michael Ignatieff en @PolExt de recomendadísima lectura en los tiempos que corren. -> Seguir el hilo

11 de enero. Aquí estamos para escuchar a Nouriel Roubini @Nouriel en la Fundación Rafael del Pino @frdelpino -> Seguir el hilo

13 de enero. La pregunta: ¿se mantendrán los precios del gas natural? Hagamos un poco de prospectiva. -> Seguir el hilo

19 de enero. Los últimos análisis que estoy leyendo confirman lo que escribí en mi reciente post sobre los precios del gas natural: no cabe esperar una bajada adicional significativa en 2023,aunque no veremos los topes de 2022. La situación, no obstante, es muy volátil. -> Seguir el hilo

24 de enero. La nómina mensual de las prestaciones contributivas de la Seguridad Social se situó en 11.902 millones de euros: 959 millones más que en diciembre de 2022. Sólo el gasto en pensiones contributivas se sitúa en el 11,7% del PIB. Es una cifra enorme. -> Seguir el hilo

26 de enero. Temporalidad de asalariados en el sector privado vs sector público. -> Seguir el hilo.

27 de enero. Resumen de los datos de crecimiento del último trimestre de 2022. -> Seguir el hilo.

28 de enero. En 2023, Estados Unidos se convertirá en un exportador neto de petróleo y le está disputando a Qatar el primer puesto como mayor exportador mundial de gas natural licuado. -> Seguir el hilo

28 de enero. Si el presupuesto se tuviese que ajustar a los ingresos actuales, ¿cuánto habría que recortar las pensiones?. -> Seguir el hilo

Hilos - Diciembre 2022

Inauguro una nueva sección en el blog que recopilará mensualmente los hilos más destacados de mi actividad divulgadora en Twitter. Espero que les resulte interesante.

17 de diciembre. Sólo alrededor de una quinta parte del crecimiento de la riqueza de 2000 hasta 2021 (170 pp) procedió de los ahorradores hacia nuevas inversiones, mientras que la inflación de los precios de los activos como consecuencia de los bajos tipos de interés contribuyó en cerca del 80%. -> Seguir el hilo

19 de diciembre. El sistema eléctrico acumula todavía más de 10.000 millones de deuda que los clientes deben pagar fruto del déficit de tarifa y aún quedan cinco años para saldarla. En 2023 la factura de electricidad incluirá pagos por 2.310 millones. -> Seguir el hilo

26 de diciembre. No nos cansaremos de repetirlo: la inflación merma la renta disponible de las familias. Pero también la decisión de Hacienda de no deflactar la tarifa del IRPF. Algo que afecta no solo a las bases imponibles, también a las deducciones y desgravaciones. -> Seguir el hilo

27 de diciembre. España ha perdido posiciones en el 'ranking' de PIB per cápita, superada por el rápido crecimiento de los países del este de Europa y lastrada por sus propios problemas económicos. -> Seguir el hilo

30 de diciembre. Unos apuntes sobre la inflación de diciembre (dato adelantado). -> Seguir el hilo

¿Qué factores influirán más en el consumo los próximos meses?

He sido invitado por la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (ANGED) a participar en el Barómetro #Topcommerce, para compartir mi visión sobre los factores que más van a influir en el consumo en los próximos meses.

Aquí el acceso a las colaboraciones del Barómetro.

Green is the new black

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Artículo de Borja Ventura en Yorokobu, en el que tuvo la gentileza de recabar mi opinión y la de otras muchas voces, lo que hace el trabajo más abierto e interesante para un debate sensato y respetuoso sobre el tema. Excelente trabajo y muchas gracias por la confianza.

La nueva economía ante el reto de que sus números verdes sean más verdes