Estrategias empresariales en tiempos revueltos

¿Qué pueden hacer las empresas en la actual coyuntura de inflación, volatilidad e inseguridad? Las prioridades deberían centrarse ahora mucho más en la continuidad del negocio, la resiliencia y las entradas de la cadena de suministro global.

La mayoría de las compañías han tomado medidas para buscar fuentes de suministro alternativas y tener mayores niveles de inventario. Las que se ven directamente afectadas por la invasión de Ucrania y las disrupciones globales buscarán desviar sus cadenas de suministro o buscar nuevos proveedores. Ya está ocurriendo.

Se deberían incluir nuevas mediciones para evaluar la resiliencia de los modelos de negocio: se hace necesario medir y conocer no sólo el tiempo de recuperación de la empresa (Time to Recover) ante un parón no planificado de la actividad, sino también su tiempo de supervivencia (Time to Survive) en caso de una interrupción de los suministros o servicios de proveedores externos.

Desgraciadamente, si la situación actual se mantiene durante los próximos meses, la mitigación final es que los aumentos de costes se trasladen al consumidor, alimentando aún más la inflación. Podremos ver el resurgimiento de los recargos por combustible u otros similares, especialmente en el transporte y sectores verticales integrados, como forma de repercutir los aumentos de precios.

En cuanto las estrategias financieras, las empresas tienen varias opciones, que iremos viendo desplegar cada vez más. Entre ellas, cabe destacar:

  • Detener los proyectos de inversión de capital que tienen un rendimiento financiero marginal: las estructuras de costes van a cambiar de forma desfavorable, lo que reducirá el flujo de caja operativo. Al mismo tiempo, el aumento del riesgo y la incertidumbre va a incrementar las tasas de descuento.

  • Invertir en activos fijos: el coste de los bienes de capital se enfrentará a una presión al alza. En un ciclo inflacionista, aferrarse al efectivo es una estrategia equivocada. Lo más probable es que se produzca un repunte en la sustitución/reposición de activos fijos y un aumento de la actividad de adquisición.

Además, resulta imprescindible tener capacidad de reacción rápida:

  • Crear flexibilidad en los contratos: es fundamental que las empresas incluyan cláusulas de precios de transferencia en sus contratos con los clientes. Compartir riesgos con ellos puede ser una buena estrategia.

  • Si la pandemia no llevó a un examen cuidadoso de la probabilidad y el impacto de una amplia gama de riesgos a las empresas, la crisis en Ucrania debería hacerlo. En un entorno tan volátil e incierto, el análisis de riesgos y la forma de mitigarlos es un proceso crítico y continuo. Y ello necesita buenos sistemas y personal especializado. Y mirar tanto dentro de la organización como fuera, ya que, para muchas empresas, su mayor riesgo es la economía global. Monitorizar, monitorizar y monitorizar.

Desglobalización

La nueva edición de The Economist refleja una preocupación que llevo tiempo expresando en mis artículos y conferencias: la marcha atrás en la globalización. Una tendencia que ya veníamos advirtiendo a principios de esta década y que se agrava por los acontecimientos mundiales recientes.

El peligro de la volátil e incierta coyuntura actual es que la búsqueda razonable de una seguridad de suministros se transforme en un proteccionismo desenfrenado, en costosísimos planes defensivos de dudosa eficacia y en miles de millones de dólares de subvenciones industriales. Ello sólo puede conducir a más fragmentación e inflación. Reflexiona el editorial del Economist:

”Los gobiernos y las empresas deben recordar que la resiliencia proviene de la diversificación, no de la concentración doméstica (...) La miopía y la insularidad abundan. Pero si usted es un consumidor de bienes e ideas globales -es decir, un ciudadano del mundo- debería esperar que la próxima fase de la globalización implique el máximo grado posible de apertura. Un nuevo equilibrio entre eficiencia y seguridad es un objetivo razonable. Vivir en un búnker subvencionado no lo es.”

A muchos analistas nos parece increíble que en pleno siglo XXI todavía tengamos que explicar el papel esencial que el libre comercio ha supuesto para el avance de la humanidad, pero la realidad nos dice que dicho papel no está siendo percibido por amplios sectores de la sociedad. Ello se debe tanto al oportunismo político como a los nuevos condicionantes geopolíticos y a la necesidad de actualizar un paradigma que ha permanecido incuestionado desde el final de la Segunda Guerra Mundial.

En 2017 escribí un artículo sobre el tema que sigue plenamente vigente. El Covid y la agresión rusa a Ucrania han acelerado el proceso que allí les describía e incrementado mis preocupaciones:

La Geopolítica del Libre Comercio

ONIMAC LE ( #HistoriasdelCamino )

Es una mañana radiante de finales de agosto, con un cielo azul intenso que inunda los ojos y un sol más templado y clemente que en días anteriores. Sopla una brisa amable para los numerosos peregrinos que ascienden por el empinado sendero que, partiendo de Rabanal del Camino, cruza la maragatería.

A paso vivo y cuesta abajo, Ramón va saludando a los caminantes con un sonoro y enérgico "¡buenos días, ultreia!". La mayoría le responde con amabilidad y alegría; otros murmuran y asienten con gesto educado; algunos, incluso, se detienen y le preguntan.

- ¿Qué? ¿De regreso?
- No, de camino.
- ¿Viene de Santiago?
- Podría decirse.
- ¿Y adónde va?
- Donde el Camino.

Las conversaciones no suelen ir más allá. Ramón es un hombre añoso e imponente. Alto, robusto, bien plantado, piernilargo y elegante de andares, que ayuda con un rotundo cayado de castaño. Los ojos clarísimos, la cuidada barba y el pelo cano cortado a cepillo otorgan cierta rebeldía juvenil a su apariencia de señor mayor y circunspecto. Amable pero parco en palabras, siempre prefirió escuchar a hablar.

Hay también quienes le inquieren sobre la ruta.

- ¿Queda mucho para Foncebadón?
- Ya ha pasado lo más duro. Con el día que hace, ni os daréis cuenta.
- ¿Y para la Cruz de Ferro?
- Un poco más, pero no es tan empinado.
- ¿Ha visto a Tomás Martínez?
- Ahí sigue, en Manjarín, con su hospitalidad y sus cosas templarias.
- ¿Y cómo está?
- Viejo, como yo. Le están renovando el albergue.
- ¡No me diga!
- Como lo oye.

Se le viene de golpe la imagen de Tomás, casi treinta años atrás, y siente una fuerte punzada en el pecho. Ráfagas de aire helado. Elena. Un diluvio. Un atisbo de luz en la oscuridad del Camino. El albergue. Tomás ofreciendo café caliente y conversación en un chamizo. Tomás y ella conversando, Ramón escuchando. Feliz.

- ¿Se encuentra usted bien?
- Sí, no pasa nada. Recuerdos sobrevenidos.

Y Ramón prosigue su viaje entre piornos, enebros, retamas y peregrinos afanosos que contemplan a este viejo de voz grave y andar ligero que les saluda al paso, siguiendo el mismo sendero por el que siglos atrás iban y venían cargados los arrieros maragatos, el mismo que recorrieron los templarios de Ponferrada para proteger a los peregrinos, el mismo que cabalgó Carlomagno en las leyendas. El mismo que recorrió con Elena.

Sólo ahora, después de tanto tiempo, es capaz de sentir y respetar la enormidad del recorrido, el latido de la historia bajo sus pies, la emoción y la fe a su alrededor, una fe para él ajena, distante, nunca buscada. Ramón llegó a Santiago siguiendo a una mujer enamorada del Camino. En el Camino encontró a Elena y con ella se encontró a sí mismo. Lo anduvieron varias veces, y siempre la acompañó, únicamente, por amor. Ahora, mucho tiempo después, solo e igual de descreído en lo divino, toca rendir debidas cuentas en lo humano. De bien nacido es ser agradecido.

El largo descenso del monte Irago se le hace ligero entre luces, sombras y recuerdos. Empieza a atardecer, y Rabanal del Camino aparece al fin, con su calma centenaria, al pie de la montaña. Ahí siguen las robustas casas de piedra y la calle Real recibiendo caminantes recién venidos de Astorga, un rebullir de vidas constantemente renovado. Ha llegado a tiempo.

La Parroquia de Santa María está tranquila; apenas un puñado de peregrinos reza en silencio. La sensación de paz y recogimiento es absoluta. La frescura interior, reparadora. Al fondo, un rostro familiar le reconoce y saluda. Otro viejo como él.

- Ramón, cuanto tiempo.
- Ya he perdido la cuenta, padre.
- Me llegó tu carta. Te estaba esperando. Has llegado "requetepuntualísimo", como siempre bromeaba Elena.
- Ya sabe, mis manías. El mismo día, hora y lugar en que la conocí. 28 años hace.
- Erais dos peregrinos en el Camino.
- Yo de peregrino nada. Sabe bien que la seguía por lujuria.
- Los caminos del Señor, Ramón.
- Yo sólo la veía a ella. Era la mujer más atractiva del mundo.
- Pero aquí estás, después de todo. ¿Cómo te va?
- Ando algo perdido.
- No, hijo mío. Estás en el Camino, eres parte del Camino, como ella. Aquí nadie se pierde.
- Ya. Por eso se la traigo.

Ramón saca el frasquito de cristal que lleva cuidadosamente envuelto en un paño dentro de la mochila. Extrae también un sobre.

- Arena de su playa en Io y unas pocas cenizas. Y la voluntad.
- Tengo un lugar perfecto para ella. Están haciendo arreglos en la arquería. Le he reservado un huequito.
- Se lo agradezco. Ella aún más, aunque no pueda decírselo.
- No dudes de que lo hace.
- Desearía con toda mi alma no dudarlo.
- Progresas, Ramón. Un par de viajes más y te veo rezando el Padrenuestro.
- No lo verán sus ojos.
- Ya sabes el refrán: nunca digas de este agua no beberé ni este cura no es mi padre.
- Siempre ha sido usted un cachondo.
- Todos somos pecadores.
- En fin, ya está hecho.
- ¿Que harás ahora?
- Seguir el Camino. Mis hijos son mayores y tienen su vida, nadie me esperaba en casa salvo ella.
- ¿Y hasta dónde tienes pensado llegar?
- Hasta donde me lleve el Camino .
- Pues sigue adelante y en paz.
- Ahora lo estoy, padre.

Los dos hombres se quedan en silencio frente al sencillo altar, con las manos entrelazadas sobre el frasco de cristal. Uno reza, el otro llora quedamente. Los minutos pasan. Los caminantes entran y salen de la iglesia. Miran, ruegan en silencio, asienten y entienden.

Afuera, el sol decae, y el Camino se apresta a acoger de nuevo el sueño de todos los peregrinos de cualquier origen y condición. De aquellos que fueron, son y serán, hasta el fin de los tiempos.

Sebastián Puig
Madrid, 22 de mayo de 2022

Los retos de nuestra dependencia del gas ruso

Es probable que la #UE pueda sobrevivir a una interrupción drástica de las importaciones de #gas ruso, pero el panorama se complica cuando se tienen en cuenta los mercados individuales de gas.

Utilizar toda la capacidad de importación disponible no es realista por al menos cinco razones:

1. La capacidad de producción y licuefacción es limitada
2. Cuestiones económicas y jurídicas relacionadas con la reorientación de los flujos de GNL
3. Precios elevados
4. Efectos secundarios en los países más pobres
5. Problemas intracomunitarios

La pregunta que se hace Bruegel: ¿Cómo puede Europa frenar la demanda de forma realista?

España, potencia mineral

España está bien posicionada para suministrar los metales necesarios para construir las baterías del futuro y desarrollar las #renovables y los vehículos eléctricos de Europa. Somos el país más rico en #minerales de la UE.

¿Explotaremos nuestro valor geoeconómico o seguiremos mareando la perdiz?

Más información: España, el país más rico en minerales de la UE, podría convertirse en el principal productor de cobalto- El Periódico de la Energía (elperiodicodelaenergia.com)

2022, el año que no fue: coyuntura, perspectivas e incertidumbres

2022 el año que no fue: coyuntura, perspectivas e incertidumbresha sido el título de la sesión que, un año más, impartí en Icade Asociación Profesional. Una revisión de los datos y previsiones que en cierta medida ya había anticipado en mi sesión del pasado julio 2021 de cara a una salida de la pandemia, y a la que he tratado de incorporar los problemas derivados de la guerra de Ucrania, de imprevisibles consecuencias.

Aquí tienen el vídeo completo de la presentación:

El coste en recursos de la transición energética

El sector metalúrgico y minero deberán proporcionar las materias primas necesarias para una transición energética que se quiere acelerar. La disponibilidad de éstas tendrá que aumentar rápidamente y, en algunos casos, en volúmenes diez veces o más que el tamaño actual del mercado.

Se espera escasez de materiales, subidas de precios y una necesidad creciente de innovaciones y sustituciones tecnológicas

Que no se nos olvide: para reducir drásticamente la intensidad de las emisiones, las tecnologías renovables requerirán mucha mayor intensidad en la explotación de materiales, en algunos casos escasos, de difícil extracción o desigualmente repartidos. Y con coste medioambiental.

La deuda pública que no cesa

Según los cálculos del Banco Central Europeo, España será el país europeo que más haya incrementado su deuda pública durante la pandemia.

Cerrará este año con 22 puntos más de deuda pública sobre el PIB. Se mire como se mire, resulta un lastre para generaciones futuras y una espada de Damocles en caso de una indeseable y todavía poco probable, aunque no descartable, subida de los tipos de interés.