Cómo organizar nuestra información sin morir en el intento (II): Imágenes

Hace unos días publicaba en este mismo blog una entrada en la que compartía con ustedes algunas claves de mi sistema personal de organización y gestión de la información.  Destacaba entonces lo importante que es desarrollar un método propio de trabajo con el que nos sintamos cómodos y obtengamos resultados observables, así como perfeccionarlo en el tiempo con autodisciplina y perseverancia, generando automatismos que nos ayuden a mantenernos organizados sin dedicar demasiado esfuerzo consciente a ello.

El post tuvo una buena aceptación y generó bastante feedback en mi timeline tuitero, algo que agradezco en sobremanera, puesto que solo con esa interacción uno puede mejorar. Algunos de los lectores me preguntaron por el tema de las imágenes, y hoy he decidido completar la entrada con un breve añadido sobre ello.

En esta cuestión, repito la recomendación efectuada en mi primera entrega: no nos compliquemos la vida innecesariamente.  En mi caso, para obtener,  tratar y almacenar las imágenes con las que trabajo habitualmente, uso  herramientas muy sencillas, que TODOS tenemos en nuestros ordenadores. A algunos de ustedes esto les parecerá de una tremenda simpleza, pero créanme: son muchos los usuarios que todavía desconocen los siguientes procedimientos básicos:  

  1. Botón derecho del ratón y "Guardar imagen como...". En la gran mayoría de nuestras navegaciones por Internet este es el método más rápido y sencillo de descargar una imagen (fotografía, tabla, gráfico...) que nos interesa. Para nombrar y archivar dicha imagen. sigo el mismo sistema que ya les describí en su día
  2. Si tienen la necesidad de tratar la imagen descargada, lo más rápido y sencillo es utilizar Paint, el editor nativo básico que todo Windows lleva consigo (o su equivalente en otros sistemas de escritorio o móviles): con él se puede recortar, cambiar de tamaño, añadir texto, líneas, comentarios, etc., de manera facilísima. ¿Para qué recurrir a otro programa?
  3. Si la imagen no puede descargarse de la página Web, pertenece a un documento pdf, a otra imagen de mayor tamaño o tiene un formato que no es compatible con nuestros programas, acudimos a otra solución rápida: la función Imprimir Pantalla (usando la tecla ImprPant o PrtSc, según sea el teclado). Ello inmediatamente guarda en el portapapeles del sistema un "pantallazo" de lo que estamos viendo, que luego basta con pegar y editar en Paint. En los dispositivos móviles el procedimiento es prácticamente el mismo. 
  4. Algo similar podemos hacer con las tablas de Excel: sólo tenemos que seleccionar el área que queremos convertir en imagen, clicar en "Copiar", abrir Paint y ejecutar "Pegar". A continuación, seleccionamos la opción "Recortar" ("Crop") y el tamaño de la imagen se ajusta automáticamente al de la tabla. Sencillo, ¿no?
  5. Finalmente, si la imagen, gráfico o tabla es trabajo suyo, recomiendo personalizarla con una marca de agua o firma que identifique su autoría. Para ello, de nuevo, utilizamos la sencilla utilidad de introducción de texto que tiene Paint, ubicando la marca en un lugar visible cuya manipulación posterior resulte muy evidente. Del mismo modo, debemos respetar las marcas de agua y la fuente original de las imágenes que descarguemos y usemos en nuestros trabajos. Seamos honestos, no cuesta nada.

Para terminar, cabe reseñar que hay plataformas online que nos permiten almacenar y compartir nuestra colección gráfica de forma fácil y potente, entre ellas Instagram y Pinterest. Twitter y Facebook también disponen de ubicaciones para almacenar las imágenes que difundimos. En definitiva: quien no organiza bien su material visual es porque no quiere

Hasta la próxima entrada.