Ser asertivo

En la vida y en los negocios debemos ser autocríticos, lúcidos y consecuentes ante las dificultades. Demasiadas veces reaccionamos con un exceso de ira y orgullo, o culpando a los demás de todos nuestros males. Tal y como escribía hace unos días, pecamos de quejicosos impenitentes.

La realidad no suele ser una cuestión de blanco y negro; los matices y los antecedentes cuentan. En mi opinión, nuestro proceder tendría que regirse por cuatro ideas fuerza:

  1. No todo nos va a salir siempre bien.
  2. Si algo nos sale mal, no siempre tiene que haber un culpable y, si lo hubiera, su búsqueda no debería ser nuestra principal prioridad.
  3. Solemos creernos mejores de lo que realmente somos.
  4. Quien resiste con voluntad y elegancia, gana.

Sentir frustración y enfado por un logro no conseguido que creemos merecido es completamente normal. Despotricar por ello contra el mundo y lamentarnos larga y amargamente, por el contrario, no nos conduce a nada. Seamos asertivos en las duras y en las maduras. Para ello, como bien escribe el psicólogo y escritor Xavier Guix, debemos tener en cuenta lo siguiente:

  • Puedes hacerte respetar por los demás.
  • Reclama tus derechos.
  • Es imposible que todo el mundo te quiera.
  • Piensa en ti positivamente.
  • No te deprimas, actúa.
  • No te escondas de los demás.
  • Qué importancia tiene que te salga mal, mientas te hayas afirmado.

Intentémoslo. Con todas nuestras fuerzas. 

Never surrender.